El marco político para la gestión forestal es un proceso dinámico de renovación e innovación. Nuevas actitudes públicas hacia el bosque y el desarrollo forestal y nuevos actores políticos presionan por un mayor énfasis en la importancia ambiental y social y por más participación en las decisiones de gestión. El desarrollo sostenible es el principio global de la silvicultura. Políticas transversales y redes políticas de nivel múltiple determinan el uso y la protección de los bosques tanto a nivel nacional como local. Esto implica implementar estrategias con objetivos aprobados a nivel nacional, y cuando proceda, en los niveles regionales, las cuales protejan los ecosistemas forestales y la flora y fauna silvestre; establecer un balance entre las metas económicas, sociales y ambientales, y crear bases institucionales
firmes mediante políticas y leyes forestales y ambientales efectivas.
Los temas que requieren ser abordados por leyes innovadoras se refieren a áreas
forestales públicas y privadas protegidas, a cuencas y gestión hídricas, a la prevención y combate de incendios forestales, y al desarrollo forestal sostenible en una perspectiva integral